Ofelia Chávez López


   Hola soy Ofelia Chávez López, nací en 1987, en Chivarreto San Francisco el Alto, Totonicapán Guatemala.

por las noches

Desde muy niña buscaba hacer oración por las noches como mis papás y mi abuelo paterno.

algo diferente

Mi sueño de niña era diferente al de mis primas, quienes me contaban que se iban a casar y yo deseaba que mi vida fuera diferente a las de ellas, y eso sin saber que existía la vida religiosa. Tenía 7 u 8 años, cuando un día escuché a mi papá que estaba diciendo a una de mis hermanas que hay otro tipo de vida fuera del matrimonio. Me sorprendió el comentario y dije interiormente: “eso quiero para mí”. Mi hermana preguntó de qué se trata esa vida y mi papá contestó que se trataba de entregar la vida a Dios. Entonces yo dije en mi interior: “quiero entregar mi vida a Él”.

ser religiosa

Fui creciendo y me preguntaban en la escuela que iba ser cuando sea grande. Yo decía voy a ser religiosa.

eso es lo que yo quiero

Cuando tenía 15 años sentía que se acercaba algo grande, pero no sabía que era. Un día mi papá llegó a la casa muy contento; nos contó que conoció a unas religiosas de vida contemplativa. Que se dedican a la oración día y noche. Mi papá no es la primera vez que tiene contacto con religiosas, sino que ya conocía muchas congregaciones de vida activa.

Yo al escuchar que hay hermanas que se dedicaban a la oración. Dije interiormente: “eso es lo que yo quiero”. Mi papá nos preguntó a mi hermana y a mí, si nos gustaría conocer a esas hermanas y nadie contestó. Ya al otro día, le dije que a mí me gustaría conocer a esas hermanas. Y él me dijo: “sí con mucho gusto te llevo, cuando quieras”.

una presencia de Alguien

Cuando llegamos por fin a la casa de la Cruz, sentí una presencia de Alguien muy fuerte. Y un gran silencio que me hizo pensar: “aquí es mi lugar”.

Una hermana nos atendió con mucha amabilidad y le dije yo quiero ser religiosa.  Entonces ella, me mostró unos videos de varias congregaciones para conocer la diversidad que existe en la Iglesia. Al terminar de verlos, me preguntó: “¿cuál te gustó?”.  Yo le dije, el de esta Congregación de las Religiosas de la Cruz.  La respuesta que me dio la hermana me dejó sorprendida. Pues me dijo que no tenía la edad y los estudios suficientes para entrar. Que siguiera estudiando y más adelante veríamos.

se me olvidó lo que quería

Entonces yo seguí con mis estudios de Básico (secundaria), en Salcajá durante dos años. En el instituto INEBI. En ese tiempo ya no regresé ni de visita a la casa de las madres, como les llama la gente de Xela. Con los estudios, las actividades y el trabajo, se me olvidó que quería ser religiosa.

aquí es tu lugar

Al final del segundo año, recibí un mensaje de una religiosa de la Cruz, que quería hablar conmigo. Cuando llegué a la Casa de la Cruz, de nuevo sentí ese “algo” que me decía: “Aquí es tu lugar”. Entré a la capilla y empecé a llorar al ver que estaba expuesto Nuestro Señor y su presencia era muy fuerte.

me encantaba la oración por la noche

Luego salió la hermana con una felicidad en su rostro, me dio la bienvenida y me preguntó dos cosas: sobre mis estudios y si creía que yo tenía vocación. Yo le conté que de mis estudios muy bien, y en cuanto a mi inquietud vocacional, que seguía sintiendo la llamada de Dios. Entonces me invitó a participar en los retiros de cada mes. Yo acepté su invitación y muy contenta iba a la casa cada mes, para el día del retiro. Lo que me encantaba de ese retiro era la adoración nocturna que hacíamos por la noche.

como un imán que me jalaba

Otro aspecto que me impresionaba era el silencio muy fuerte. En el que podía sentir muy cerca a nuestro Señor. Por eso cuando regresaba a mi casa, sentía como un imán que me jalaba para voltear atrás viendo la casa de la Cruz que dejaba. Yo no entendía porque me pasaba eso. Pero cuando caminaba de regreso, de espalda me decía para mis adentros: “bueno es que es Nuestro Señor quien me ve desde ahí. Por eso la atracción es muy fuerte”.

mi idioma es el quiché

Finalmente, un día pudimos hablar la promotora vocacional y yo. Hablamos de mis estudios, de mi deseo de entrar a la Congregación y de que yo no dominaba muy bien el español. Dado que mi idioma es el quiché. Entonces la hermana me dijo que hiciera una solicitud para ingreso. Y para pronto la hice.

Dios me quería para estar con Él

Luego de unos días, recibí la gran noticia de que he sido aceptada en la Congregación. Para mí fue una gran sorpresa recibir esta noticia, pues era un signo de que Dios me quería para estar con Él.

mi papá no lo podía creer

Después de unos días les compartí a mis papas esta noticia.  Mi papá se sorprendió y no lo podía creer.  Porque él no pensaba que yo iba regresar a la casa de la Cruz, para realizar el sueño que de niña tenía al querer ser diferente a mis primas. A mi mamá le costó mucho, pero me expresó su apoyo en mi decisión.

mis amigas se enojaron

Luego compartí con mis amigas el hecho de que ya no estudiaría con ellas, como lo habíamos planeado antes. Porque yo me sentía llamada a la vida religiosa. Ellas se enojaron conmigo. Pero yo me mantuve firme y me despedí de ellas. Me dolió dejarlas porque nos queríamos como compañeras y amigas de clase.

entré de 17 años

Con la gracia de Dios pude hacer mi entrada a la Congregación de las Religiosas de la Cruz como Aspirante el 17 de octubre de 2004, cuando tenía 17 años. Lo hice con mucha alegría y sigo muy contenta de haberme entregado a Dios.

Agradezco a Dios me siga dando la oportunidad de entregarle mi vida a Él para siempre.

“Me has seducido Señor con tu mirada, es imposible conocerte y no amarte. Me has seducido me es imposible amarte y no seguirte”.